Telecompetencias: las habilidades para el teletrabajo y la nueva normalidad

 Por Valeria Aravena
Directora Ejecutiva
Psicóloga & Coach

Seguramente has escuchado hablar sobre las competencias o habilidades blandas y la importancia para las organizaciones de contar con líderes y colaboradores con un amplio repertorio de habilidades que faciliten el logro de resultados.

La actual crisis Covid-19 nos ha empujado de manera acelerada y forzosa hacia la transformación digital y hacia la nueva modalidad laboral: el famoso teletrabajo, que hoy está en boca de todas y todos. A esto, le sumamos la convergencia obligatoria de distintos ámbitos de nuestra vida en un único espacio; la intimidad de nuestro hogar, y la necesidad de compartirlo en paralelo con quienes cohabitamos, es decir, con los integrantes de nuestras familias o compañeras y compañeros de morada, potenciándose el desafío de teletrabajar.

En este contexto, las telecompetencias cobran protagonismo, entendidas como aquellas competencias, habilidades, capacidades, conocimientos y motivaciones que se relacionan directamente con un estándar de efectividad o un desempeño superior en el teletrabajo. Por tanto, el área o división de gestión de personas, desarrollo organizacional o recursos humanos de una empresa requiere estar alerta sobre cuáles son las habilidades necesarias para teletrabajar efectivamente, es decir, identificar las telecompetencias para desarrollar a la personas que forman parte de la organización, o bien, para seleccionar a sus futuros colaboradores.

Pero entonces ¿cuáles son esas telecompetencias? Las cinco más importantes para el teletrabajo en tiempos de pandemia son:

1. Autonomía: realizar las funciones o tareas conocidas, o que se consideran necesarias, de manera independiente, sin necesidad de esperar a que terceros nos lo pidan o nos digan qué hacer, resolviendo además las dificultades o problemas menores que surgen en el día a día con la actividad, sin depender de una respuesta por parte de algún compañero de trabajo o jefatura.

2. Comunicación digital: escuchar de manera activa y expresar ideas u opiniones con claridad e interés por ser comprendido fácilmente por otra persona, preguntando o confirmando información antes de asumir, evitando malentendidos. Hacer un uso eficiente de los canales disponibles para trabajar (correo, chats, teléfono y videollamadas), respondiendo de manera oportuna y teniendo en cuenta que la manera de articular mensajes al escribir hoy es tan importante como hablar.

3. Gestión del tiempo y organización del trabajo: distribuir las actividades y tareas de acuerdo a su prioridad, con un ritmo de desempeño definido, concentrándose en terminar lo importante (y no necesariamente autoexigirse hacerlo todo), evitando las distracciones y fugas de tiempo, monitoreando avances y cumplimiento, al mismo tiempo que, aprovechando al máximo los espacios más productivos del día, ya sea porque se dispone de más energía, motivación, los recursos necesarios, o bien menos interrupciones y más tranquilidad.

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4. Inteligencia emocional: reconocer nuestras emociones y sentimientos, cómo nos afectan, y regularlos sin dejar que tomen dominio de nuestras reacciones o acciones, expresándose de manera asertiva, sin responder impulsivamente, particularmente cuando esto podría significar dañar una relación laboral o comercial con otro. Asimismo, identificar emociones y sentimientos en los demás, evitando tomar de manera personal sus reacciones y empatizando con la situación de crisis global que estamos atravesando y que afecta a cada uno de nosotros con una intensidad distinta.

5. Manejo de TICs: conocer y operar herramientas tecnológicas y de comunicación como programas, sistemas, plataformas y aplicaciones de manera pertinente, responsable y eficiente, comprendiendo los principios que las rigen, así como también la manera de combinarlas y utilizarlas en el contexto laboral para desarrollar o gestionar la información requerida, cumpliendo con las actividades y los objetivos de la organización.

Es importante destacar que las telecompetencias no están aisladas, pues se cruzan con variables contextuales y funcionales presentes en toda entidad. Esto significa que en múltiples oportunidades un colaborador -que se desempeña con autonomía- podría verse bloqueado, sea por los límites de sus facultades o responsabilidades -hasta donde se le permite ejecutar- o bien ante la burocracia interna, quedando sujeto a la espera de autorizaciones para avanzar. En este sentido, a la hora de evaluar las telecompetencias de una persona es necesario que analicemos ¿qué es lo que sabe, quiere y puede hacer desde el puesto que ocupa en la organización.

Pero ¿qué podemos hacer cuando nuestros equipos en teletrabajo no disponen de las telecompetencias necesarias? Existen alternativas de capacitación y desarrollo dentro de las cuales se encuentran los cursos online, el coaching online o coaching para empresas, las que también han evolucionado, adaptándose al escenario actual y generado una nueva metodología enfocada en resultados aplicados en modalidad e-learning, así como también se encuentran disponibles otras estrategias que especialistas en gestión de personas (rrhh consultores) pueden proponer a las organizaciones.

Lo que está claro es lo que no debiéramos hacer, tal como propuso Einstein: querer conseguir resultados distintos repitiendo lo mismo. Por ende, tanto las organizaciones como los trabajadores no podemos pasar por alto la necesidad de ampliar nuestros recursos y desarrollar nuestras telecompetencias para contar con nuevas habilidades que nos permitan salir adelante en nuestro día a día, y adaptarnos de la mejor manera posible al teletrabajo en tiempos de pandemia y de transición hacia la nueva normalidad.

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